domingo, 13 de febrero de 2011

Desenmarcado

“El último que descubre el agua es el pez”: ese antiguo aforismo me venía de manera recurrente a la cabeza mientras leía Out of the frame (Pluto Press, N. York 2010), el texto autobiográfico que acaba de publicar Ilan Pappe. Pappe (Haifa, 1954) es un profesor israelí de historia que ha tenido que emigrar a Inglaterra en busca, en sus propias palabras, de un “refugio académico más seguro”. La vida en su país de origen se había vuelto imposible desde que sus trabajos de investigación desvelaran el proceso de limpieza étnica llevado a cabo por las autoridades israelíes a lo largo de 1948, que supuso la expulsión planificada de los palestinos de sus pueblos y aldeas o, si se resistían, masacres como la de Tantura, un pueblecito costero donde más de 200 hombres fueron ejecutados a sangre fría.

Ilan Pappe, que durante su juventud había nadado con naturalidad en el acuario sionista y había participado, por obligación pero sin remordimiento, en las actividades bélicas de su país, comenzó a principios de los años 80 a descubrir “el agua”, es decir, a sentir la ofuscadora atmósfera ideológica en la que respiraban él y sus compatriotas. Una ideología “racista y bastante perversa de la moralidad y de la vida”, como él mismo la define. Su proceso de intelección de la cuestión Israel/Palestina en el marco de la “nueva historia” israelí; su descubrimiento de la perversidad de una doctrina que, nacida de un impulso noble se condenó moralmente en cuanto se propuso apropiarse de la tierra de otros para sus fines; su comportamiento a partir de ese momento inicial de lucidez en su calidad de activista y conferenciante anti-sionista, que le llevó a enfrentarse irremisiblemente con todo su entorno – todo eso da muestra del coraje extraordinario de este hombre “desenmarcado”.

Su peripecia personal ilustra la grandeza del traidor cuando la traición es un acto de conciencia en el que uno arriesga todo lo que tiene. Sobre todo, si tu tribu es la más poderosa… En esas condiciones, la traición es el acto más difícil, más generoso y más noble. En un mundo en que la menor crítica a Israel es seguida por un temporal de acusaciones de antisemitismo, Pappe nos sirve de escudo moral cuando afirma con serenidad que es precisamente su condición de judío y la idea de decencia que esa herencia cultural le aporta las que le sostienen en su enfrentamiento con quienes han usurpado los emblemas y atributos de su tribu.

El libro lleva por subtítulo “La lucha por la libertad académica en Israel”, y se comprende. La actitud miserable de la Universidad de Haifa, donde Pappe trabajaba, y, en general, de la comunidad universitaria israelí sirven de tristísimo contraejemplo: una institución que, al servicio incondicional del poder, traiciona sus principios, su misión fundamental de investigar y difundir la verdad por la verdad, encabezada por profesores y académicos dispuestos a condicionar los límites de su propio conocimiento al consenso oficial y a la promoción personal.

Al explicar la causa de Israel desde el único ángulo profano posible, el del colonialismo, Ilan Pappe ha desafiado todas las “narrativas” no teológicas de la cuestión generadas en su propio bando (es posible que la decisión divina sea un argumento que pueda circular por los kibbutz, pero no por las universidades). Al mismo tiempo, reconoce que la narrativa de la verdad es también la de la justicia y pertenece a su víctima, los palestinos. No se trata de una simple denuncia de atrocidades. Pappe señala con el dedo a los profesores israelíes, empeñados en reescribir la historia de Palestina enterrando cualquier posible alegación de los desposeídos, y exclama: “¡El emperador está desnudo!”

Leyendo las páginas de este Out of the Frame se comprende mejor por qué el caso de Israel y el sionismo funcionan como símbolo por excelencia de los dilemas y de las vacilaciones y de las crueldades del mundo desarrollado contemporáneo. La escandalosa traición de las universidades a su objetivo irrenunciable colaborando de manera entusiasta en el falseamiento de la historia de Palestina y su imperdonable damnatio memoriae, la rendición de esa última trinchera de la verdad y su servilismo al poder y el dinero (la “estabilidad” y la “economía”), son ciertamente parte de nuestro propio y muy occidental drama académico.

La lectura que hace Pappe del desapego democrático de Israel en nombre de la mitología sionista y del miedo inducido al islamismo es también un trasunto muy específico pero clarísimo de la dimisión democrática de nuestras sociedades, dispuestas a vender su alma a cualquier mercachifle o caudillito que garantice su ventaja y disipe su pánico a perderla. La libertad de expresión en “la única democracia de Oriente Medio” sirve de bien poco cuando existe un vergonzoso pacto de silencio. La actitud insolidaria de los israelíes con la lucha árabe por la democracia deja en evidencia la responsabilidad de una sociedad ocupante a quien le va mejor si sus vecinos son aplastados por dictaduras sangrientas.

Para combatir el racismo y la dictadura israelí, Pappe propone decididamente una activa campaña de deslegitimación del sionismo, así como el boicot contra su país siguiendo el paradigma de la lucha internacional contra el apartheid en Sudáfrica. En ese boicot a las empresas israelíes y a los intercambios académicos, militares o de cualquier otro orden con ese país (al que Pappe describe como “un ejército con un Estado”), deberían incluirse toda aquella institución o personalidad que colabore de una u otra manera con el avance de las posiciones israelíes.

Mi sugerencia es que anotemos cuidadosamente los nombres de quienes ahora farfullan pseudoargumentos a favor del Estado racista, miembros de un lobby muy bien retribuido, porque quizá dentro de no tan poco jurarán que en su vida fueron aliados de un poder desmochado - y les hagamos pagar a la menor oportunidad el precio íntegro de su vileza.

viernes, 4 de febrero de 2011

Diccionario para entender la sublevación árabe

“Estabilidad”, dícese de nuestra conveniencia. (Aznar: “¿Democracia en Egipto? Ante todo hay que pensar en la estabilidad.”)

“Nuestra” conveniencia: la de las petroleras y la del sionismo. Véase también “la única democracia de Oriente Medio.” (La operación, habitual en los concursos, se denomina técnicamente dumping politico: el ganador paga a los otros para que no lo sean.)

“Moderado”, dícese de los fontaneros que trabajan para nosotros, como en la expresión “Líderes árabes moderados”. (“Nosotros”, véase la definición de “nuestra”.) Véase asímismo “lideres latinoamericanos moderados.”

“Pro”: “anti” (“Manifestantes anti-Mubarak”: “Manifestantes pro-democracia”)

“Anti”: “Pro” (“Manifestantes pro-Mubarak”: “secuaces y policías camuflados”.)

“Choques entre grupos ideológicamente enfrentados”: agresiones de los “pro” (véase “anti”) a los “anti” (véase “pro”).

"Amenaza islamista": peligro de que "nuestros" (sic) "moderados" (sic) fontaneros pierdan el control de la situación.

“Transición ordenada”, dícese del maquillaje facial. 1) Obama, Clinton et alii: “En Egipto debe haber una transición en orden.” (Lampedusa: “Todo debe cambiar para que nada cambie.”) 2) Cambio a la orden de Washington.

“Vacío de poder”: “nuestros enemigos ganan” (Sobre el vacío de poder y sus consecuencias, véase Bélgica, que lleva un año sin gobierno, y como si tal cosa.)

“Caos”: “yo pierdo” (Mubarak: “Si me marcho será el caos.”), “nosotros perdemos” (véase otra vez la definición de “nuestra”.) “Yo gano, tú ganas, él gana, nosotros ganamos, vosotros ganáis, los egipcios ganan.”